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breve historia del te en chile

Breve historia del Té en Chile

Chile es considerado el bastión del té en América Latina, continente cafetero. El consumo per cápita de té en Chile cercano a los 700g /año, esta cifra nos sitúa dentro de los 20 primeros lugares de países consumidores, este ranking está liderado por UK con un consumo per cápita cercana a las 2Kg/año.

¿Pero de donde viene la empatía por el té? una exótica bebida en un continente donde la cultura del café y el mate forma parte de la historia latinoamericana. En Chile la influencia de la vasta colonia Británica se remonta a los inicios de la republica. A principios del siglo XIX comenzaron a asentarse en Valparaíso un importante número de Ingleses, Escoceses e Irlandeses que se dedicaba principalmente al comercio. Valparaíso hasta la apertura del Canal de Panamá era uno de los puertos estratégicos para la movimientos mercantes de Europa a California, Australia y Nueva Zelanda.

A principios de siglo XX, la colonia Británica era la más importante e influyente en la sociedad porteña. La fisonomía urbana de Valparaíso evocaba a las ciudades del Reino Unido, aportaron e influyeron en la educación y por supuesto incorporaron gustos y costumbres dentro de las cuales estaba por supuestos, la pasión por el té.

La colonia Británica tenía un alto reconocimiento, especialmente por la alta sociedad. eran un referente de las buenas costumbres por lo que remplazar el Mate por la hora del té no fue tarea difícil. Importaban té de las colonias asiáticas, principalmente de Ceylan (Sri Lanka). Es interesante notar que en esta época todo el té era orgánico y de un solo origen, características muy valoradas y difíciles de encontrar en la amplia oferta que hoy tenemos.

La colonia británica porteña fue la más importante pero no la única, en Antofagasta, Coquimbo, Santiago, Concepción, Temuco, Chiloé, Aysén y Punta Arenas, se asentó una colonia británica organizada e influyente que fue dejando huella e introduciendo entre otras costumbres, el gusto por el té y su ceremonia. En Chile el “Tea Time” se trasformo en “Las Onces”, pero con el mismo concepto, una comida liviana entre el almuerzo y la cena donde no podía faltar una taza de té.

En el norte de Chile, específicamente en las oficinas Salitreras diseminadas en las actuales regiones de Tarapacá y Antofagasta a finales del siglo XIX, en su mayoría operadas por Británicos. El sistema de remuneración de los obreros era mediante fichas canjeables por alimentos y vestuarios en las llamadas “Pulperías” o almacenes pertenecientes a las mismos dueños. Gran parte de la oferta era de origen Ingles dentro de los cuales, por supuesto estaba el té. Según relatos, la venta de té de Ceylan a Granel directamente de los característicos cajones de madera era uno de los productos más distintivos, y altamente demandado. Es así como el aprecio por esta bebida recalo directamente a la clase trabajadora.

A principios de siglo XX comenzaron a aparecer numerosas marcas, la mayoría importadas con sede en Valparaíso como “Té El Dorado” de Weir Scott, “Té Arturo Prat” de Rogers y Cia. O el difícil de olvidar “Te Kiero” de Xabier Elorriaga, Muchos de estos venían en aparecidas cajas metálicas que luego se convertían en costureros. (Fotos. Gentileza del anticuario y coleccionista Enrique Troncoso)

A mediados del siglo XX la tendencia mundial masiva de consumo de té, llega a chile de la mano del formato bolsita listo para ser preparado. La masividad fue de la mano con el deterioro de la calidad respecto a lo que se consumía anteriormente, y etiqueto al té como una bebida de calidad inferior frente a su histórico referente, el café.

En la última década se ha abierto una oferta interesante marcas de alta calidad que están reposicionando el té con una bebida de alto estándar. Reposicionar el té en Chile no ha sido tarea difícil, ya que para el colectivo nacional el té es un conocido que no requiere de mayores presentaciones. Nuestra historia con el té nos acerca más a los tés negros y de mucho cuerpo, “British Style” pero existe un mundo de más de 3000 variedades, la apuesta es educar a los consumidores respecto a esta tremenda oferta y entregarles herramientas que oriente a elegir y disfrutar de esta mágica bebida como nuestro bis-abuelo lo hacían.

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